miércoles, 2 de julio de 2014

El dificil arte de Ser quienes Somos

¿Porqué cuesta tanto conocernos? ¿Porqué evitamos encontrarnos interiormente? y más aún, ¿porqué nos cuesta aceptarnos y dejarnos fluir?

Quizás estamos acostumbrados a "pensarnos", en lugar de "sentirnos". Quizás sigamos modelos y mandatos de otros, en lugar de crear los nuestros. Quizás tengamos miedo a arriesgar...

Puede ser... quizás tengamos miedo a arriesgarnos a Ser quienes somos.

¿Pero qué ponemos en riesgo siendo nosotros mismos? La aceptación de los demás, la incomodidad de cambiar, la felicidad "asegurada" viviendo como alguien nos dijo de debíamos vivir...

Por algún motivo a nuestra alma "le cuesta" madurar en esta vida como nuestra mente o nuestro cuerpo. Desde lo racional, sabemos que con los años crecemos, maduramos, somos responsables de nuestra vida y que algún día, cuando el cuerpo no de más, nos iremos de este mundo.

Sin embargo, nos cuesta tanto darle la misma oportunidad a nuestro Ser Interior. El también necesita crecer, madurar, actuar, responder, crear y prepararse para dejar algún día esta vida tal cual la conocemos.

Cuando nos permitimos conectarnos con nuestro Ser es ahí donde nos conocemos realmente. Es ahí cuando reconocemos nuestros dones y virtudes. Es ahí cuando redescubrimos el "para qué" estamos en esta vida. Y es ahí cuando vemos con mayor claridad el sendero que queremos construir (y no solo seguir). La diferencia no es inútil. Seguir el camino de otro solo nos reportará el beneficio de vivir a través de la experiencia de otro. Y hasta nos llevará a juzgar esa experiencia desde la insatisfacción casi eterna. En cambio, cuando hacemos nuestro camino experimentamos el pleno goce de crear nuestra propia vida. Y ya no juzgamos; sino que disfrutamos y aceptamos.

Todo está unido a todo. Y si no expandimos nuestro Ser de manera tal que se refleje en nuestros pensamientos, actos, sentimientos, palabras, vocaciones, trabajos, relaciones, etcétera, pues entonces seguiremos viviendo una vida que nunca será la nuestra.

Ser uno mismo puede ser difícil. Sobre todo si pretendemos la aceptación de los demás, antes que la propia valorización. Hacerlo tiene riesgos. Pero ni más ni menos que aprender a caminar, ir al primer trabajo, enamorarse, ... vivir.

Vale la vida arriesgarse a Ser.