martes, 21 de agosto de 2012

Cambiar para cambiar

No busques cambiar el mundo. No intentes modificar al otro. No te preocupes en alterar tu exterior. Todo pasa por el universo interno que hay en ti. Modificando tu manera de actuar, de pensar, de sentir, lograrás que todo tu entorno se eleve junto a ti.
Quizás sean momentos de angustia y confusión. Pero también son momentos de confianza ciega y de fe. Es el momento de entregarte plenamente a lo que dices y sientes creer. Tu duda paraliza tu evolución y tu duda le confirma a tu mente el poder que tiene sobre ti. Y tu que eres sabio, aceptarás pacíficamente esa derrota? O serás un guerrero que avanza sobre la oscuridad del pensamiento limitado e intentarás iluminar todo lo que debe ser iluminado. Empieza por ser honesto contigo y no busques agradar a los demás. Ellos te seguirán siempre que sepas donde ir. Ellos también son sabios. No subestimes tu otro yo. Incorpóralo a tu crecimiento desde la convicción de la fe en Dios y en su creación. Exígete, porque ya es tiempo de aceptar lo que eres, y elevarte y elevar. No frenes tu evolución ni la de los demás solo por tu falta de certeza. Intuye, y sigue luchando y esforzándote por ser simple. Solo eres el centro de tu propio universo. Concéntrate en ello y mostrarás el camino sin proponértelo.