domingo, 19 de agosto de 2012

Sin engaños

Hay mucho que aprender aún. Hay que soltar el ego y confiar plenamente en el Plan de Dios. No basta con engañarse y pretender estar en equilibrio sino que realmente y de manera conciente hay que entregarse a Dios y confiar en su plena y absoluta voluntad. El amor incondicional implica dar todo de uno por el amor a uno mismo, a Dios y al otro, pero no exigiendo ni esperando que se cumplan las condiciones que uno mismo crea, genera o espera.